Háblame para que te vea.

Me he topado con él echando un vistazo a la prensa online. Un ex-presidiario creó, hace ya cinco años, un portal llamado Infoprisión dedicado al mundo penitenciario, desde diversas vertientes, sobre todo informativo y de asesoramiento para aquellas personas que, directa o indirectamente, tienen contacto con el mismo.




No hay un fin lucrativo (que por otra parte, sería legítimo) pero, aún así, lo primero que llama la atención es que, con sus 600 visitas diarias, demuestra que hay "masa crítica" para hacer de este portal algo necesario y seguramente con perspectivas de crecimiento. Aquí hay tema para pensar, pero no es el caso, que lo nuestro es la Comunicación y no el "talego".

En el portal se incluye un apartado llamado "Diccionario taleguero" en el que se relacionan una gran cantidad de términos que dentro de la cárcel adquieren un significado peculiar o que, sencillamente, sólo existen entre sus cuatro paredes. Los hay que no tienen desperdicio: "CANGURO": Autobús de la Benemérita que se utiliza para realizar las conducciones (Cundas) de presos de un lugar a otro. "GARIBOLOS": Garbanzos. "RAMA": En efectivo, dinero contante.... Y, en fin, una buena parte también de vocablos de origen latinoamericano como chévere, sancocho, etc. Merece la pena el "vis a vis"... a este diccionario.
Existe pues una jerga propia de la cárcel, pero no es la única. El lenguaje, por definición maleable y adaptable a las necesidades de cada tiempo y circunstancia, ha creado (como la función respecto al músculo) palabras nuevas que, no sin pereza, la RAE va incorporando al Diccionario oficial. Son significativas en mi opinión dos de estas jergas: la juvenil y la relacionada con la tecnología digital.

La jerga de los jóvenes es, para empezar, un jeroglífico para los mayores. De eso se trata, por cierto. Nuestros hijos quieren "protegerse" de oídos y miradas indiscretas y para ello han ido tejiendo un idioma peculiar, privado, que se ilustra con bastante profusión también con la versión no verbal de la comunicación. Gestos de manos, forma de andar y, claro está, de vestir, marcan la diferencia. Es una jerga que precisa incorporaciones constantes de nuevos vocablos porque ya todos, desde el hermano pequeño al abuelo de la casa, entendemos qué quiere decir nuestro "adolescente" cuando califica algo de "guay", o nos reprocha que seamos unos "brasas" y que le "rayamos" "mogollón", razón por la cual el ambiente en casa está "chungo".

Esta jerga de los jóvenes tiene la versión hablada pero también, como sabemos, la escrita. Los mensajes de texto, de Whatsapp, tuits, etc. suelen "asesinar" el castellano por la vía del ahorro de componentes. Un "porque" es xq o "Yo soy una chica muy divertida" se convierte en iO sOi UnA XiK mUi dvRtiDa. Aquí hay que reconocer que para compensar quizá la economìa de medios, se ha reforzado el significado de, por ejemplo, las mayúsculas. Ahora sirven también para llamar la atención y no solo para iniciar un nombre propio o el principio de una frase. 

Además, se han incorporado nuevos elementos como los emoticonos. Estos no son nada nuevo, por cierto. Ya en 1881 la revista Puck publicó cuatro de ellos:


Estos emoticonos dan a los signos del idioma un contenido ideográfico que nunca imaginaron y están empezando a convertirse en una suerte de lenguaje universal, al modo del Esperanto que en otros tiempos tuvo su protagonismo.

La segunda modalidad particular del lenguaje que antes mencionaba es la relacionada con las nuevas tecnologías.


Internet nos ha cambiado la vida y ha "exigido" crear nuevos términos a la misma velocidad que han evolucionado hardware y software y a la vez que han ido perfilándose nuevas ramas científicas que tienen lo digital como protagonista absoluto o como invitado especial. 

Claro está que este nuevo escenario tiene a su vez distintos decorados. Dos de ellos, peculiares por su uso y su público, son las Redes sociales y los Juegos online. Pues bien, ambos han generado así mismo su lenguaje. 

La economía del lenguaje binario en el que se apoya la programación parece una ironía en relación con la abundancia de palabras que hoy ya nos resultan imprescindibles para entendernos en este entorno. 

Fijémonos en el mundo de las Redes sociales. Hablar de Follow Friday, Troll o Trending Topic es para muchos tan obtuso como "traducir" #FF o TT. Sin embargo el idioma existe y nos conviene conocerlo y dominarlo si aún estamos alejados de este territorio.

Los mismo ocurre con los juegos online. Los aficionados, no digamos los adictos, saben ya qué expresiones utilizar con la tranquilidad de ser entendidos por cualquier colega, en cualquier parte del mundo, con quien se está echando la partida.

Lo decíamos antes: la necesidad crea la herramienta. Y en lenguaje no es sino una herramienta imprescindible para comunicarnos. La novedad consiste en que ahora los escenarios de la comunicación se han multiplicado y hecho más complejos. Nuestros bisabuelos, como mucho, podían encontrar notorias diferencias entre la forma de hablar del campo respecto a la de la ciudad. Ahora precisamos conocer muchos más códigos para entendernos en nuestra vida cotidiana. 

... Porque podemos o no ser un geek pero a ninguno nos apetecería que nos consideraran como nerds. Tampoco hace falta ser un hacker, pero tomemos conciencia del problema, al menos mientras formemos parte del grupo de los newbies.




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