La Educación Prohibida vs. La Educación consentida.

El pasado día 12 hizo un año del estreno en nuestro país del documental "la Educación prohibida". Para quienes no lo conozcan, se trata de una película independiente de factura argentina y dirigida por German Doin. El proyecto y el resultado me parecen más que interesantes, no sólo porque tocan un tema nuclear en la vida de cada persona y en nuestra forma de organización en sociedad como es la educación, sino también porque en sí mismo ha resultado ser un ejemplo de desarrollo de un proyecto y un caso de comunicación digno de analizar.




Veamos algunos datos.

El documental consiste en más de 90 entrevistas realizadas en 8 países de Hispanoamérica, en los que se visitan 45 experiencias educativas "distintas", no tanto por su novedad sino por resultar aún excepcionales en relación con la Escuela "formal" y los métodos educativos más extendidos.
En realidad lo que hace es poner en valor prácticas educativas aún marginales como la Educación Popular, nacida en el campesinado de América Latina, la pedagogía Waldorf, surgida del pensador austriaco Rudolf Steiner, el Método Montessori, la Pedagogía Libertaria, vinculada a un cierto anarquismo, y en Homeschooling o educación en casa. Todo ello con un mínimo hilo conductor en el que unos estudiantes, con el apoyo de un profesor, cuestionan, ante la dirección de su Centro, los métodos aplicados en el mismo.


Puesto así, el documental y su "menú" puede parecer que representa a unos cuantos "frikis" de la educación, que pretenden ir por libre usando como conejillos de indias a niños y adolescentes con la connivencia de unos padres con mucho tiempo libre. No es eso, ni mucho menos. Los casi 8 millones de reproducciones que La Educación Prohibida ha tenido hasta ahora en internet, donde se puede visionar de forma libre, prueban el interés del tema y lo atractivo de su tratamiento. Además, no nos engañemos, cuando se pone sobre la mesa el tema educación, desde cualquiera de sus vertientes, automáticamente las pupilas se dilatan y los músculos se tensan; "con las cosas de comer no se juega", y, si no, que se lo digan al Ministro Wert al que su intento de cambio en nuestro sistema educativo le va a costar la salud y quizá el puesto. Ni el tema admite bromas ni el tratamiento dado en el film se las concede. Los argumentos y experiencias expuestos, coincidamos o no con ellos, son de peso y dan qué pensar.

La educación es una de esas cosas que, precisamente por su importancia, siempre ha de estar sujeta a evaluación y análisis. Por mucho que la historia de la pedagogía parezca demostrar lo contrario (y ahí está seguramente el error) la educación debe ser algo dinámico, sujeto al cambio, capaz de evolucionar, aunque sin olvidar nunca que no hablamos de, por ejemplo, nuevos materiales de construcción como innovación en la arquitectura, sino de seres humanos. Un modelo más próximo puede ser el de la Medicina. ¿Nos imaginamos hoy una cirugía igual a la que se practicaba hace dos siglos, o apenas 50 años? También se trata de algo "sagrado" como es la salud y, no obstante, aceptamos de buen grado la investigación y la mejora, las "novedades" en suma, algo que parece costarnos mucho más en el terreno educativo. Sacar a la luz esta paradoja es al fin, creo, el objetivo de La Educación Prohibida. Pretendo luego exponer algunas de las ideas que se expresan en el documental y volveremos, por tanto, sobre el fondo de la cuestión.

... Y si decía que esta película muestra también un nuevo modo de llevar adelante un proyecto es porque se ha "construido" sobre el crowdfunding mediante la aportación de 704 inversores convertidos en coproductores de la misma. Lo "micro" (la micro-inversión, los micro-créditos...) es ya una corriente imparable que está demostrando ser mucho más efectiva que lo "macro"  en el ámbito de la economía a escala humana. El crowdfunding, es decir, la fórmula que permite que personas con dinero confíen en personas con ideas, usa internet como vehículo principal de relación. Desde la primera plataforma de crowdfunding de España se explica perfectamente el proceso. En lógica coherencia con esta filosofía, el proyecto se realizó también acudiendo al software libre para sus casi 30 minutos de animación incluidos en los que colaboraron un buen número de diseñadores y creadores de todo el mundo. 

Por último, debe resaltarse que La Educación Prohibida, como obra audiovisual sujeta a distribución, lo hace bajo licencia copyleft. El copyleft, en contraposición al copyright habitual que protege los derechos de autor, se sustenta sobre la libertad de realización colaborativa y de distribución del producto. El sistema operativo Linux y la cada vez mayor oferta de software libre por ejemplo bajo las siglas GNU, muestran la viabilidad de la fórmula. 

Pero volvamos al contenido de la película resaltando algunas de sus ideas sobre temas educativos concretos (sin pretender ser exhaustivo ni mucho menos sentar cátedra).

1º/ La esencia. La esencia del proceso educativo es el descubrimiento, no el aprendizaje de las verdades. La tarea del educador es mostrar los "misterios" a los que el educando debe encontrar explicación.

Estamos ante la necesidad de "desmemorizar" la educación para potenciar la aventura de descubrir por uno mismo. Es cierto que hay nociones, conceptos, datos que es imprescindible retener y conservar siempre fijados en nuestra memoria. Pero también es verdad que ya hay que superar técnicas pasadas que daban prioridad al aprendizaje memorístico. Hoy la información está accesible para todos. Por tanto, lo que resulta imprescindible saber es buscarla, así como poseer los criterios de selección precisos (eso implica conocimientos ya interiorizados) para saber discernir el grano de la paja, lo válido y útil del "spam científico", que también lo hay. Pienso que el proceso consiste en trasladar al alumno tres preguntas: qué necesitas saber, cómo lo puedes encontrar, qué puedes hacer con ello. En otras palabras, deben priorizarse los conocimientos, deben potenciarse las herramientas y han de definirse los objetivos. La educación debe ser útil para la vida y, para mi, tan útil (y por tanto necesario) es tener los conocimientos de economía suficientes para entender las ofertas de tu Banco, como conocer el pensamiento de Aristóteles y Kant y las causas y resultados de nuestra Guerra de la Independencia. Acompañarle en recorrido de hallar las respuestas es suficiente programa educativo. 

Y en cuanto al proceso o a la "mecánica" docente, en el film se apunta algo que con frecuencia se olvida... Que el niño utiliza espontáneamente los mismos sistemas que el mejor investigador: la observación sistemática y el experimento. Ese es el camino.

2º/ El origen. La educación pública, gratuita y obligatoria nace con el Despotismo Ilustrado del S. XVIII. Con ella, a cambio de aceptar algunos principios de libertad, se imponen la disciplina, obediencia y división por castas que buscaban un pueblo dócil. La escuela responde así a la necesidad industrial de contar con trabajadores sumisos.

Deberíamos preguntarnos con más frecuencia qué buscan los diferentes partidos y sus ideologías cuando, una vez en el gobierno, imponen sus planes educativos. La respuesta por otro lado es fácil: el adoctrinamiento (un pueblo dócil y afín), aplicado de manera más o menos descarada o sutil. No hemos evolucionado mucho. Ni incluso con la educación debemos presuponer que el gobernante, sea del color que sea, busca por principio lo mejor para la sociedad. Sigue teniendo ombligo y creyéndose en posesión de la verdad. Es lo que pagamos, lustro tras lustro, padres, alumnos, profesores... con el baile de leyes que cambian el sistema educativo en nuestro país. El futuro nos reclamará a todos no haber sido capaces de respetar ni tan siquiera el derecho de nuestros hijos y ciudadanos a aprender la historia, la filosofía, la religión, el arte, e incluso la geografía tal y como son y no como a los políticos y sus supuestos ideólogos les conviene que sean. Y seguiremos preguntándonos por qué hemos consentido que los programas educativos los preparen funcionarios y políticos...

  


3º/ Los estímulos. La motivación del alumno no está en el objetivo ni en el resultado; está en el camino. 

No pensemos que nuestros hijos salen de casa cada mañana, camino del colegio o la universidad, ilusionados con la más o menos próxima llegada de los exámenes. Lo que, en el mejor de los casos, les atrae es lo que puede acontecer antes de llegar a ellos. O, a fuer de sinceros, lo que de verdad ocurre la mayor parte de los días es que no tienen la mínima ilusión en acudir a aprender, tal y como se les obliga a aprender.

El descubrimiento, como antes se apuntaba, es la "gracia" del aprendizaje. El profesor que es capaz de llevar a sus alumnos por este camino sabe, por experiencia, que ya cuenta con su atención, con un cierto orden en clase, con la predisposición a recibir los conocimientos, con el deseo de participar y ser proactivo... porque "descubrir" por si mismo es un reto. Limitarse a oír, ver y, a lo sumo, responder, no.

Además, lo que en la escuela se estimula, sobre todo, es la competencia. Se hace sustentando los índices del progreso de cada alumno en indicadores como las notas o los premios (en mi niñez, incluso, a través del lugar que ocupabas en el aula). Como se apunta en la película, fomentamos o aceptamos que así sea y luego nos quejamos de la agresividad. Competir es pelear y en la pelea solo se acepta la victoria. La agresividad es, pues, imprescindible. ¿Violencia en las aulas? ¿Menosprecio de la autoridad del profesor? ¿Bullying o acoso escolar?... ¿Qué esperábamos si todo en la educación que tenemos parece estar dirigido a ser más que el otro, a pasar por encima, a superar a quien te rodea? 

La Educación Prohibida es una de esas películas que, conforme la vas viendo, va añadiendo interrogantes en tu interior. Te va llevando a conclusiones que te parece mentira no haber percibido antes. Y al final, incluso, te puede sumir en una especie de cabreo contigo mismo, con el sistema y "con to' lo que se menea" bastante incómodo, como ocurre cuando uno se topa, aunque sea por deducción (como tras ver una película), con una realidad de la que eres corresponsable por omisión. A saber, el sistema educativo que permitimos y que, sin dejar de reconocer sus muchas virtudes, no deja de estar sujeto a bastantes principios y valores viejos y superados, cuando no ridículos e interesados. Hay otra educación, (que para los de siempre siempre será extraña, snob y poco seria) que merece la pena estudiar. Más que nada porque, a pesar de todo lo que ya sabemos sobre nuestro sistema educativo, parece que no aprendemos.




Comentarios

Entradas populares de este blog

EL PLAN DE COMUNICACIÓN Y SU PROPORCIÓN ÁUREA

CRÓNICA DE UN CAMBIO CRÓNICO