DIRCOM: ESTRATEGIAS DE COMUNICACIÒN Y ÉTICA.
Un Director de Comunicación tiene, sin duda, un amplio menú de labores que debe priorizar y
luego desarrollar hasta que su cometido pueda darse por satisfecho. En suma,
debe crear contenidos, es decir, información, y gestionar los procesos
construyendo una comunicación idónea, para trasladar a los diversos
stakeholders los mensajes pertinentes. Todo ello de acuerdo a una estrategia y en
sintonía con el plan de negocio y las líneas estratégicas globales de la
Compañía.
Es obvio que
tal labor implica elementos especialmente sensibles. La imagen y reputación de
la empresa se debe en buena medida a los mensajes que ésta transmite, y a la
adecuada correspondencia entre estos, los objetivos buscados, el
target-destino, los soportes usados etc.
El DirCom, por
tanto, es una pieza importante en toda empresa y su labor es fundamental, incluso,
caso de muchas Pymes, cuando no exista un profesional dedicado, porque eso no
evitará la necesidad de ejercer su función.
La ética como requisito
La ética como requisito
La ética es el
conjunto de principios que determinan la buena conducta, y que tienen su
soporte racional en nuestras convicciones y nuestro entorno cultural. En
palabras de Fernando Sabater: es la “reflexión sobre los motivos que nos hacen
ser mejores”.
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Para una
Empresa, la ética debe ser algo estructural, consustancial a su comportamiento
y lejos del camuflaje de la simple estética. Sin embargo, son muchas las empresas que, por
desconocimiento o mala fe, se limitan a ciertas actuaciones de carácter
“popular” a las se atreven a llamar Responsabilidad Social Corporativa.
Así pues, la
ética ha de impregnar la propia filosofía empresarial y ser asumida por el
DirCom como requisito innegociable de su propia actividad.
Ahora bien, ¿dónde
ha de actuar la ética del DirCom? En mi opinión,
debe hacerlo en ambas vertientes de su cometido: en el contenido o información
que genera, y en el proceso o comunicación que gestiona.
Los adjetivos éticos del mensaje
Los adjetivos éticos del mensaje
Podrían
aplicarse muchos, sin embargo, resaltaré dos: la veracidad y la pertinencia.
La máxima que
todo responsable de comunicación debe asumir es que la información que salga de
su empresa debe ser veraz. El criterio de selección de los mensajes no puede oscilar
entre la verdad y la mentira sino, como sumo, entre la conveniencia o no de
emitir el mensaje en un momento dado y en dosificar los contenidos. En palabras
propias de un escenario judicial, se trataría de decir “la verdad, nada más que
la verdad… aunque no necesariamente toda la verdad a la vez”.
El segundo
rasgo debe ser la pertinencia. En ocasiones, la empresa cae en el error de contar
lo que tiene muy poco o nulo interés para sus stakeholders. El contenido del
mensaje debe tener interés, un motivo y buscar un objetivo definido. Una
empresa no es ni debe ser una fuente constante de información; de hecho,
debería huir de la verborrea y más bien comunicar cuando tenga algo que decir y
resulte pertinente decirlo.
En lo dicho nos
referimos a la información relacionada con los acontecimientos de la
organización. Cuestión distinta es la creación y emisión de mensajes
encuadrados en estrategias de publicidad nativa o para creación de un
storytelling, como lo es también la escucha activa y la interactuación con el
mercado a través de las redes sociales.
Las condiciones de la comunicación
Las condiciones de la comunicación
En lo que se
refiere al proceso de comunicación, lo que le da vitola ética pienso que es la transparencia
y rapidez.
La empresa debe
usar soportes de comunicación que faciliten el alcance inmediato del mensaje a
los destinatarios. La verdad que se conoce tarde, como la que se comunica a
medias, está cerca de la mentira. Muchas crisis de reputación se gestionan de
manera errónea y con nefastos resultados por la tardanza en dar los comunicados
que el mercado espera y permitir que se generen bulos y rumores que luego
cuesta mucho desmentir.
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Y en segundo
lugar hablaremos de transparencia, en otras palabras, “dar la cara”, como demostración
de la actuación ética del DirCom.
El DirCom y los
directivos deben ser las caras de la empresa ante el mercado y los medios de
comunicación. Por tanto, no pueden escudarse en la preservación de su imagen
personal para eludir su presencia como emisores directos de los mensajes, sobre
todo cuando éstos no son positivos.
En resumen, la comunicación corporativa, también en las Pymes, debe tener en la ética su gran aliada. Y no como adorno sino como recurso sobre el que se sustenta su efectividad.
En resumen, la comunicación corporativa, también en las Pymes, debe tener en la ética su gran aliada. Y no como adorno sino como recurso sobre el que se sustenta su efectividad.
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