¿ATENCIÓN AL CLIENTE… DIGITAL? No confundamos fácil con eficaz.
Se puede decir
de muchas formas, según el “mirador” desde el que se contemple el paisaje, pero
lo cierto es que hoy, el mercado es el
territorio donde reina el cliente.
En el “funnel”
o proceso de relación con el cliente, especialmente estudiado en el marketing
digital, el penúltimo peldaño es la transacción, es decir allí donde el cliente
se convierte en tal al menos por una vez, tras lo que aspiramos a retenerlo
fidelizarlo. El “reino de los cielos” del proceso se alcanza cuando logramos
que el cliente se convierta, además, en apóstol de nuestra marca. Eso solo se
logra con un alto índice de satisfacción con el producto y una óptima
calificación en su experiencia como consumidor. La llamada “atención al
cliente” en esto último es crucial.
Tal preámbulo
teórico en realidad es casi la disculpa para contar la vivencia personal con la
que quiero ilustrarlo y que busca soportar la tesis que se intuye en el título:
que en cuestión de atención al cliente la tecnología no es la que aporta las
soluciones.
El caso es que
decidimos renovar un par de habitaciones de la casa y optamos por una
multinacional sueca (ahora en manos de una fundación holandesa, cosas de la
globalización) de nombre tan breve como nuestro ZARA y que aquí no hace falta
reproducir, aunque a todos nos suena. Una aceptable relación calidad-precio y,
en nuestro caso sobre todo, la rapidez de suministro y montaje nos decidieron:
en 72 horas, resuelto. Resumiré diciendo que las 72 horas de convirtieron en
456 y los tres días en 19… y pendientes de una reclamación aún sin respuesta.
La reflexión
sobre lo acontecido me ayuda a extraer algunas conclusiones, quizá incluso con
visos de categoría, en relación con la atención al cliente. Veamos si las
compartimos.
![]() |
www.orientadorweb.com |
2º/ Las redes sociales, como plataforma de encuentro y diálogo, son más efectivas para el cliente y más “peligrosas” para la marca. En mi caso, el típico teléfono 900 se convirtió en un callejón sin salida, mientras que un tuit bien “aliñado” tuvo respuesta en minutos. A partir de ahí, Twitter, Facebook, Instagram (conviene estar en varios frentes) se convirtieron en recurso de repuesta rápida, mientras que el teléfono, curiosamente, en una suerte de ansiolítico que la empresa usaba en dosis oportunas.
3º/ Un Call Center no puede ser un archivo de
quejas sino un laboratorio de soluciones. Al cabo descubrí que las amables
llamadas que recibía de la marca provenían de un Call Center radicado en
Asturias, ignoro si propio o subcontratado. Reconozco su efecto balsámico ante
mi creciente irritación por el hecho
de que la empresa hacía ya semanas que disfrutaba de mi dinero y yo aún no de
sus productos instalados. Una buena profesional, que al menos tenía nombre (da
lo mismo si real o ficticio) me iba informando de los trámites seguidos… aunque
yo seguía sin soluciones. El “manual”, sin duda, lo tenía aprendido.
5º/ La Atención al cliente ha de responder a
una estrategia e implicar a todos los departamentos de la empresa. Y por
una sencilla razón: porque es el cliente bien atendido, satisfecho, y en
consecuencia fiel, el que alimenta la cuenta de resultados de TODA la empresa.
No significa esto que cualquiera deba asumir dicha función, sino que quien la
ejecuta pueda acceder e implicar a quien sea que tenga la solución en sus
manos.
No sé si repetiré con ellos. Tendré que elegir entre su Catálogo y mi úlcera de estómago.
No sé si repetiré con ellos. Tendré que elegir entre su Catálogo y mi úlcera de estómago.
javier, detras de todo esto esta, como bien dices el concepto de lo rapido, mas que de lo eficaz, al final no se pierde tiempo en el detalle que un clinte apurado o con problemas agradece tanto.
ResponderEliminares servuccion pura sin evaluar la calidad, o con paramtros de calidad cuantitativos pero con con poca empatia.
Felidades por el articulo como siempre