Esta noche es Nochebuena. Mañana, no.
Si el edulcorante fuera un momento ese sería el de la Navidad . Cuando escribo faltan apenas unas horas para que, con diversa intensidad, experimentemos todos una sobredosis de emociones alrededor de platos y copas o, en su caso, también de regalos primorosamente envueltos junto al árbol. Cuando leas esto seguramente habrás pasado ya el trance con más o menos dignidad. Obsérvese que para la metáfora he apelado al edulcorante y no al azúcar. No es casual. Un edulcorante es un ingrediente artificial que añade dulzor allí donde lo deseamos. El azúcar cumple la misma función pero es natural. Pues algo así, casi siempre con edulcorante, pasa con la comunicación en Navidad.