CONVENCIONES: ¿navegar en la mentira o sumergirse en la realidad?
Es un trozo de algodón y lino que semeja al papel y mide 133 x 72 mm., está impreso en colores variados y tiene unas marcas extrañas visibles solo mirándolo en una determinada posición. Nos encanta llevar varios en el bolsillo sobre todo porque en lugar destacado aparece el número 20 y debajo la palabra EURO. Se trata de dinero contante y sonante (en este caso solo si lo arrugamos), que es recibido sin reticencias por la cajera del supermercado al igual que por el vendedor de la ONCE, tras ser capaz de reconocerlo al tacto; a cambio nos da un cupón que esconde, ¡quién sabe!, un montón de billetes como el que le hemos entregado. Pero ¿de verdad “eso” con lo que pagamos vale 20 euros? Sabemos que no. Aunque no se difundan datos, al parecer el coste real de fabricación de un billete de 20 euros está en poco más de 6 céntimos, si bien depende de la complejidad de la impresión, las tintas empleadas, sus medidas de seguridad, etc. Es un “producto”, por tanto, muy rentable si comparamos su co