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Mostrando entradas de enero, 2018

¿VAS A CREAR UNA EMPRESA? EVITA ESTOS ERRORES

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En el artículo anterior me permitía establecer una suerte de comparación entre el deporte y el emprendimiento a partir de rasgos que yo considero comunes a ambos como el esfuerzo, la competitividad, la resistencia a la frustración..., que aproxima la aventura de emprender a la práctica de un deporte incluso de riesgo. Pero el peligro se acrecienta si, además, cometemos errores.

CUANDO EMPRENDER ES UN “DEPORTE DE RIESGO”

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¿Cuántas veces, en nuestras conversaciones, utilizamos el deporte como metáfora o modelo para explicar otras actividades humanas? Con bastante frecuencia, seguramente. Al menos, a mí me ocurre.  El deporte colectivo es una referencia para ilustrar el trabajo en equipo; sirve también para ejemplificar el valor del esfuerzo; para enseñar cómo asumir el éxito y el fracaso; para mostrar que la frustración es parte de la vida… y así podríamos continuar una larga lista. Emprender un negocio o una empresa, como decisión y como trabajo, comparte también, en mi opinión, bastantes elementos con el deporte, pero sobre todo con los llamados “deportes de riesgo “. 

LO QUE NO ENSEÑAMOS Y LA EMPRESA NECESITA

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Hasta no hace mucho, la relación de la Empresa con el mundo universitario era más bien escasa. De la Universidad salían abogados, filólogos, médicos, arquitectos…, profesionales casi todos ellos que parecían abocados a trabajar bien en estructuras pequeñas como Despachos, Consultorías, etc., o bien en organizaciones que no se entendían como Empresas propiamente dichas, tales como Hospitales o Centros de Enseñanza. La excepción la marcaban la Formación Profesional, que, por otra parte, se consideraba como la “hermana pobre” de la enseñanza que ni tan siquiera llegaba a “superior”, y las Escuelas de Negocios que siempre han hecho la guerra por su cuenta.